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República del Ecuador
República del Ecuador

Desaparecido
(Reino de Quito)

(1830) Flag of Gran Colombia (1821)

1830

Bandera del Reino de Quito (1830)

Bandera Escudo
Bandera Escudo
Lema nacional: Dios, patria y libertad
Capital Quito
Idioma oficial español
Religión católica
Gobierno República presidencialista
Presidente
 • 13 de mayo, 1830 Juan José Flores
 • 08 de junio, 1830 Antonio José de Sucre
como Administrador Transitorio
Historia
 •  1830
 • Separación de la Gran Colombia 13 de mayo, 1830
 • Creación del Imperio de Quito 1 de septiembre, 1830
 • Disolución 1830
Población
 • 1830 est. 500,000 
Moneda Peso grancolombiano

Ecuador, oficialmente llamada República del Ecuador, fue un país soberano situado en la región noroccidental de Sudamérica que existió entre mayo y septiembre de 1830, tras la separación del Departamento del Sur de la Gran Colombia. Limitaba al norte con la primera República de Colombia, al noroeste con Costa Rica (el mar territorial de ambos países se junta en las Islas Galápagos y la Isla del Coco), al sur con la República del Perú y al este con el Imperio de Brasil. El océano Pacífico bañaba la costa occidental y la separaba de las Islas Galápagos ubicadas mil kilómetros al oeste.

Ecuador adoptó el sistema de nación presidencialista, republicana y unitaria. Su primer y único Presidente fue el general venezolano Juan José Flores, aunque Antonio José de Sucre también gobernó el país con el título de Administrador Transitorio hasta la proclamación del imperio.

Historia[]

Independencia y Gran Colombia[]

La antigua Presidencia y Audiencia de Quito consigue escindirse de la metrópoli española en la Batalla de Pichincha (24 de mayo de 1822), gracias al triunfo del mariscal Antonio José de Sucre, lugarteniente de Simón Bolívar, y el Ejército Protector de Quito formado por tropas independentistas guayaquileñas y azuayas.

La primera Provincia Libre de Guayaquil (que se había separado de España el 9 de octubre de 1820 y mantenía un gobierno propio) pasó a formar parte de la Gran Colombia bajo el nombre de Distrito del Sur junto a los territorios de Quito y Cuenca.

A finales del mes de diciembre de 1829 fue convocado un congreso constituyente de carácter extraordinario en la ciudad de Bogotá, mismo que intentaría evitar la disolución de la Gran Colombia. La constituyente fallaría en su propósito y se levantaría el 10 de mayo de 1830, pues no solo Venezuela había declarado su secesión el 29 de noviembre del año anterior, y el congreso debió aceptarla, sino que Bolívar renunció a la presidencia de la república dos días antes, y los diputados autorizaron a Nueva Granada y Quito para formar gobiernos provisorios con miras a su erección como países independientes.

La presidencia de Flores[]

Juan José Flores

Gral. Juan José Flores, único Presidente del Ecuador.

En el sur, el general Juan José Flores, que había presidido la administración grancolombiana del territorio quiteño tras la partida de Sucre al Congreso de Bogotá, se haría con el poder provisorio saltándose algunas cabezas y formalismos, creando la República del Ecuador el 13 de mayo "hasta tanto se reúna la Asamblea Constituyente".

Entre las primeras medidas de Flores estuvieron el cambio de nombre del país, del histórico de Quito al de Ecuador, lo que generó descontento especialmente en los habitantes de la capital. La promulgación de varias leyes que reducían los derechos ciudadanos, sumado al carácter autoritario y la nacionalidad extranjera del Presidente Flores, crearon el ambiente perfecto para que aparecieran grupos antifloreanistas.

El general propició revueltas en las ciudades de Pasto y Popayán con miras a su incorporación al territorio ecuatoriano, paralo que el 5 de mayo envió un contingente militar a la zona para anexionar el territorio de Putumayo, aunque el ejército colombiano no permitió su avance desde Pasto a Popayán, por la que la línea fronteriza se establecería más tarde en ésta zona. Igualmente, el 13 de mayo tomó posesión de las islas Galápagos.

De igual manera, Flores impulsó la tesis republicana sobre cualquier otra, aunque para muchos había demostrado que no había traído ningún cambio realmente positivo para el territorio tras la independencia, a tal punto que se volvió popular una frase que rezaba: "último día de nepotismo, y primero de lo mismo".

Intento de asesinato contra Sucre[]

Los enemigos de Antonio José de Sucre, y particularmente el general Flores, conocedores de su poder político como héroe de la batalla que selló la independencia del sur, encontraron peligroso su arribo a Quito antes de que se celebrase la Asamblea Constituyente que había sido convocado para el mes de agosto, ya que ésta podría considerar al Mariscal como la mejor opción para dirigir el nuevo Estado.

Juan José Flores se convirtió en el más importante de los actores intelectuales de un plan que buscaba acabar con la vida de Sucre mientras se encontraba aún en camino a Quito. El general envió un contingente militar a Pasto y con ello aprovecharía para ocultar sus intenciones de homicidio. Entre los hombres enviados por Flores se encontraba el coronel Guerrero, que había sido enviado como su representante a una conferencia secreta celebrada en Tulcán para acordar los detalles del asesinato del Gran Mariscal, a la que también asistieron los generales neogranadinos Obando y Ayaldeburu, que veían a Sucre como una opción en torno a la que podrían reunirse los simpatizantes de Bolívar y restituir la Gran Colombia más adelante.

De ésta manera, asediado por ambos flancos, el 2 de junio Sucre y sus hombres pernoctan en el rancho Salto de Mayo, propiedad del comandante José Erazo en la región de Berruecos. A la mañana siguiente llegan al caserío de La Venta, donde descansarán un día y una noche para un mejor rendimiento de las mulas; allí se encuentran nuevamente con José Erazo, que había llegado anticipadamente a pesar de haberlo dejado atrás hacía medio día. Sucre recibe de Erazo la noticia de que, apenas habían partido de su rancho aquella mañana, el coronel Apolinar Morillo había llegado con cartas de los generales Mariano Álvarez y José María Obando con instrucciones para que Erazo acompañase a Morillo a asesinar al Gran Mariscal, pero que éste (por consejo de su mujer según actas del juicio) había finjido aceptar para poder avisar a Sucre. Precavido con la noticia de Erazo, Sucre y sus hombres se mantienen alerta y esperan al día siguiente para partir, y evitar así que la emboscada sucediera en la noche.

En Ecuador, Flores había viajado a Guayaquil para no levantar sospechas; mientras en Berruecos, Morillo había reunido tres hombres que le había facilitado Erazo para que no dudaran de él, y esperaba el paso de la caravana de Sucre por el camino para consumar el plan. Sin embargo, Sucre había contratado a un guía local para que los conduciése desde muy temprano por caminos vecinales hasta pasar el punto de la emboscada que había informado Erazo, evitando de ésta manera a los asesinos que en vano esperaron el paso del Gran Mariscal hasta el medio día, cuando se enteraron de lo que estaba sucediendo en realidad. Morillo y sus hombres intentaron alcanzar a Sucre antes de su llegada a Pasto, donde sabían que no podrían evitar que se aprovisionara y refugiara.

Sucre llegó a la ciudad por la tarde, luego de un día entero de apresurada marcha por tortuosos caminos desconocidos por las tropas, y una vez allí denunció la intentona y tuvo al coronel Erazo y su familia como testigos. Poco más de una hora más tarde arribaron Morillo y sus hombres, fracasados en su intento de asesinato, y fueron apresados por los generales simpatizantes de Sucre. Pese a que había evitado la intentona y que contaba con amigos en las filas apostadas en Pasto, el Gran Mariscal sabía que no estaba del todo a salvo en la ciudad, por lo que reunió un contingente de 200 hombres y partió a Quito para encarar al gobierno floreano.

Caída de Flores[]

Las noticias del intento de asesinato y del avance de las tropas sucristas llegaron a Quito el 5 de junio, el obispo Lasso de la Vega (amigo de la familia Carcelén) instigó al pueblo para declarar su apoyo al Mariscal, que se transmitió inmediatamente a las tropas acantonadas en la ciudad y que sumaban cerca de 400, aunque unos 100 de éstos soldados permanecieron fieles a Flores y salieron con rumbo a Riobamba. Por otro lado, en Guayaquil, el 7 de junio Flores recibió la noticia de que su plan había fracasado y que Sucre se dirigía a Quito para tomar el poder, partiendo inmediatamente hacia la capital con un grupo de trescientos hombres que debía integrarse con uno de 200 soldados que avanzaban para apoyarlo desde Cuenca.

Para cuando Sucre arribó a Quito el 8 de junio, su ejército había crecido a más de 500 hombres que se habían ido incorporando tras su paso por las ciudades de Ipiales, Tulcán, Ibarra y Otavalo. Una Junta de Notables que se había formado tras las noticias de su intento de asesinato, le entregó el poder inmediatamente entró en la ciudad, y le dirigió al palacio de Carondelet para tomar posesión del Gobierno en calidad de Administrador Transitorio, mientras se reunía la Asamblea Constituyente prevista para agosto.

Las noticias del avance de Flores desde la Costa fueron informadas a Sucre el 9 de junio, y para entonces ya se habían reunido con el contingente cuencano y los disidentes quiteños en Riobamba, formando un cuerpo de 600 soldados que avanzaban hacia Ambato. Sucre dejó 200 hombres protegiendo el orden en la ciudad de Quito y decidió salir al encuentro de las tropas floreanistas, al mando de 600 hombres que crecieron a 800 cuando se les unieron contingentes en Sangolquí, Latacunga y Salcedo.

El encuentro bélico entre los ejércitos, llamado Batalla de Izamba, tuvo lugar el 12 de junio en la planicie homónima ubicada en las afueras de la ciudad de Ambato, que estaba tomada por los floreanistas. El combate se extendió hasta el 14, cuando Flores fue derrotado y debió replegarse hacia la localidad de Guano con el remanente de sus tropas (250 hombres). Sucre ingresó en Ambato, donde la ciudad aprovisionó a sus hombres con comida y pertrechos, además de que llegaron 100 soldados frescos de los alrededores para sumarse a la causa del Gran Mariscal.

El siguiente y último enfrentamiento con Flores tendría lugar el 21 de junio en la llamada Batalla de Mocha, a las afueras de la ciudad homónima. Sucre estaba al mando de 700 hombres, mientras que Flores había logrado reunir 400 tras su primera derrota; ésta superioridad numérica fue decisiva, y para el medio día los comandantes floreanistas le aconsejaron al general su rendición o de lo contrario se perderían todas las vidas. Flores envió un emisario a Sucre a las cuatro de la tarde de ese día, ofreciéndole su capitulación, que fue firmada al día siguiente bajo el nombre de Tratado de Mocha en la casa municipal de esa localidad.

Según los términos del tratado, Flores sería confinado a su hacienda La Elvira con una pensión anual de veinte mil pesos para que viviése cómodamente con su esposa e hijos, no podría recibir visitas de militares y estaría vigilado por un prefecto asignado por el Estado. De ésta manera Sucre se aseguró el favor de los más escépticos (especialmente cuencanos y guayaquileños), que vieron el buen trato proporcionado a su enemigo como una muestra de su ecuanimidad como gobernante.

Gobierno transitorio[]

Parlamento El Imperial

Reunión de la Asamblea Constituyente de Riobamba.

Sucre fue recibido con gran entusiasmo y algarabía en cada localidad por la que pasó de regreso a la ciudad de Quito, sorprendido de la consigna que escuchaba en cada una de ellas: <<¡Viva José Antonio, Rey de los quiteños, viva el Rey!>>. Cuando Antonio José llegó a la capital el 28 de junio, éste ambiente no fue muy distinto y, por el contrario, se mostraba aún más fuerte debido a que los aristócratas y poderosos terratenientes se habían reunido con la misma tesis en torno a su esposa Mariana, y su suegra Teresa, esperando de ésta manera convencer a Sucre.

El Gran Mariscal pronto le escribió una carta a su mentor Bolívar, contándole lo sucedido y pidiéndole consejo para tomar las decisiones que mejor sirvieran a los intereses de la integración grancolombiana ahora que él estaba a cargo del territorio de sur. Bolívar le respondió en una misiva el 4 de julio, en la que le pedía (muy a su pesar) que abandonase el sueño de la federación y respetara la decisión del pueblo quiteño de formar una nación independiente, y que no podría pensar en mejor persona para dirigir el destino de éste nuevo país (sea cual fuere la forma de gobierno) que él, su gran mariscal, amigo e hijo.

Pese a las muestras de apoyo populares, Antonio José se mostraba contrario a asumir el Gobierno definitivo del país, mucho menos un trono; por lo que continuó con los planes de convocar la Asamblea Constituyente prevista para agosto. Mientras se celebraban las elecciones, Sucre revocó todas las decisiones tomadas por Flores, incluida la del cambio de nombre del país, aunque reivindicó la posesión del archipiélago de Galápagos.

El 1 de agosto se instaló en la ciudad de Riobamba la Asamblea Constituyente, conformada por siete diputados de cada departamento (Quito, Guayaquil y Cuenca) para un total de 21 miembros; el presidente del organismo fue Manuel de Larrea y Jijón, primer marqués de San José y tío en segundo grado de la esposa de Sucre. Durante las sesiones se planteó las opciones de continuar siendo una república o de convertirse en una monarquía constitucional con cabeza en Antonio José de Sucre, como había manifestado el pueblo; tesis por las que las partes enfrentadas en la Asamblea no llegaban a un acuerdo.

Uno de los argumentos de la facción republicana para que no se optase por la monarquía, era el hecho de que Sucre había manifestado no querer permanecer al frente del Gobierno, lo que significaba que tampoco desearía convertirse en un monarca. La Asamblea acordó que enviaría una comisión para preguntarle sobre este particular al Gran Mariscal, la misma que se reunió con el involucrado en Carondelet el 6 de agosto. Tras la reunión, y aconsejado por su amigo, el general Vicente Aguirre, Antonio José solicitó unos días para emitir su decisión, luego de lo cual se retiró a su propiedad campestre de El Deán. Finalmente, presionado por las aclamaciones del pueblo, la familia de su esposa (particularmente su suegra Teresa) y los amigos allegados a su núcleo, el 12 de agosto Sucre envió a Riobamba una carta manifestando que aceptaría la decisión de la Asamblea.

Mientras las deliberaciones entre los diputados continuaban, Sucre, en su calidad de administrador transitorio, emitía decretos que priorizaban los aspectos sociales más importantes, como la educación primaria gratuita y obligatoria, la creación de institutos especializados en la formación de médicos y la construcción de un sistema de escuelas y colegios en las capitales provinciales, así como de universidades públicas en las ciudades de Quito, Guayaquil, Cuenca, Loja y Riobamba.

Con decreto fechado el 15 de agosto, Antonio José abolía algunos impuestos agrarios datados desde la época colonial, buscando fomentar la producción a gran escala de algodón y trigo en la Sierra, y cacao y caña en la Costa. El mismo decreto ofrecía una serie de mecanismos de aduana que permitían la exportación directa no solo a los grandes productores, sino también a los pequeños agricultores. Estas medidas fueron bien vistas tanto por los terratenientes como por el pueblo, y terminaron llegando a oídos de los diputados republicanos, haciendo que algunos empezasen a considerar a Sucre no solo como una opción presidencial, sino como un jefe de gobierno conveniente para un plazo extendido.

Tras varias semanas de deliberación y doce votaciones secretas que no lograban una mayoría absoluta, el 19 de agosto la Asamblea logró el ansiado consenso: con 12 votos a favor y 9 en contra se tomó la decisión de convertir a los territorios de Quito en una monarquía constitucional, cuya corona le sería ofrecida al mariscal Sucre con el título de Emperador de manera inmediata. A partir de allí se redactaría una constitución que sería presentada el 27 de septiembre.

Final de la República[]

Las noticias de la decisión de la Asamblea llegaron a Quito el 21 de agosto. Sucre, que había manifestado que aceptaría la decisión que tomen los diputados en Riobamba, debió prepararse entonces para la proclamación que, al ser una resolución con carácter inmediato, se realizaría aún antes de que la Asamblea terminara y presentara la carta constitucional.

Tomado una pausa en su trabajo constituyente, el 23 de agosto se presentaron los veintiún diputados en el palacio de Carondelet para proclamar legalmente a Sucre como el nuevo emperador de los quiteños. El acto de carácter civil, y que se convertiría en el precedente de las posteriores proclamaciones parlamentarias tradicionales de cada monarca, se llevó a cabo en el Salón Amarillo sin mucho protocolo y la presencia única de los asambleístas, la familia de Sucre y algunos miembros del gabinete político transitorio. En él, tanto Antonio José como su esposa Mariana firmaron los documentos legales que los acreditaban como Emperadores de Quito.

La coronación oficial de Antonio José y su esposa se llevó a cabo en la iglesia de San Francisco el día 1 de septiembre. En ella, la pareja fue investida como Emperadores de Quito por el Obispo Lasso de la Vega, poniendo fin a la primera etapa republicana del país.

Organización territorial[]

La República del Ecuador incluía los territorios actuales del Reino de Quito, con excepción de los grandes ducados de Paita y Túmbez. El país estaba dividido en tres departamentos, nueve provincias, cuarenta y cinco cantones y 317 parroquias (urbanas y rurales); a saber:

Departamento Provincia Capital Cantones
Pichincha
Capital: Quito
Pasto
Pasto
Pasto
Tumaco
Putumayo
Imbabura
Ibarra
Ibarra
Otavalo
Cotacachi
Cayambe
Quito
Quito
Quito
Machachi
Latacunga
Esmeraldas
Quijos
Chimborazo
Riobamba
Riobamba
Ambato
Guano
Guaranda
Alausí
Macas
Guayas
Capital: Guayaquil
Manabí
Portoviejo
Portoviejo
Jipijapa
Montecristi
Guayaquil
Guayaquil
Guayaquil
Daule
Babahoyo
Baba
Santa Elena
Machala
Azuay
Capital: Cuenca
Cuenca
Cuenca
Cuenca
Cañar
Gualaceo
Girón
Loja
Loja
Loja
Catacocha
Cariamanga
Zaruma
Maynas
Jaén
Jaén
Borja
Jeveros

Véase también[]

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