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Zenobia contemplando la Victoriosa Ciudad de Palmira
Los sucesos que dan origen a esta historia es la Batalla de Palmira del año de 272 D.C. considerando que determinados factores provocaron la derrota del Emperador Aureliano al intentar Reconquistar al Imperio de Palmira y su posterior muerte en la Batalla de Châlons contra su otro objetivo: Imperio Galo, así como la desorganización política generada en el Imperio Romano, gracias a dichos eventos.
Antecedentes[]
Todo empezó en el año de 235, cuando a la edad de 27 años, el emperador Alejandro Severino fue asesinado por sus soldados, después de la derrota sufrida por las legiones romanas en la campaña contra los Sasánidas. Mientras un general tras otro peleaban por el control del imperio tras la muerte de Alejandro Severo, las fronteras fueron dejadas a su suerte y expuestas a frecuentes incursiones de tribus germánicas como godos, vándalos y alamanes por el norte, así como de los persas en el este.
Después, en el año 258, los ataques ahora fueron internos, haciendo que el imperio se divida en tres estados separados que se rivalizaban entre sí. Las provincias de Galia, Britania e Hispania, se separaron para formar el Imperio galo, y dos años más tarde, en el año 260, las provincias orientales de Egipto, Siria y Palestina se independizaron formando al Imperio de Palmira, con el apoyo de los sasánidas. El Imperio romano terminó basado en Italia, los Balcanes, Asia Menor, Mauretania, Numidia y la Provincia de África.
Los conflictos[]
En el año de 272 el Emperador Aureliano, sintiéndose lo suficientemente preparado y después de haber conquistado algunas ciudades de Anatolia que estaban bajo el control del Imperio de Palmira, gobernado por Septimia Zenobia, partió con todo su ejército hacia la capital. Inicia el asedio de Palmira. La batalla fue bastante reñida, pues el ejército de Zenobia estaba muy bien preparado, aunque la batalla parecía inclinarse hacia Aureliano, hasta que el Emperador sufrió un accidente en plena batalla terminando con una grave fractura de fémur.
Las tropas de Zenobia lograron infligir grandes bajas al ejército romano, pues en este último se generó una gran confusión y también hubieron conflictos de ideas entre generales, el mismo Emperador ahora herido y los soldados reflexionaron sobre la rendición o la continuación de la guerra. Finalmente, Aureliano pidió una vergonzosa tregua a Palmira y tanto él como algunos sobrevivientes regresaron como pudieron a Roma.
Pasó poco menos de un mes y Aureliano, terco e insistente quería regresar a la batalla, pero esta vez contra el Imperio Galo. Su médico, e incluso sus parientes más cercanos le aclararon que regresar a la batalla sería bastante peligroso, pero él, en su afán de cumplir su sueño tan anhelado, hizo caso omiso a dichos comentarios...
Aunque si bien el batallón que participó en Palmira se encontraba bastante reducido, Aureliano pudo conseguir algunas tropas más. De mala gana, el extenuado ejército romano llega a la zona oriental del Imperio Galo, donde se encuentra con las fuerzas comandadas por Tétrico II, iniciando así la Guerra de Châlons.
Otra vez, se desata un conflicto encarnizado y el ejército romano está sufriendo algunas bajas, es entonces cuando Aureliano decide tratar de reorganizar sus fuerzas. En eso, él se baja de manera brusca de su caballo, haciendo que la fractura mal sanada cede ante su propio peso. El Emperador se encontraba totalmente indefenso, finalmente, fue alcanzado por una flecha. Curiosamente, el tiro fue tan certero que mató a Aureliano en el acto.
El ejército volvió a quedar desorganizado, las fuerzas galas lograron diezmar al ejército romano con una facilidad nunca antes vista y los pocos que quedaban o fueron asesinados posteriormente o huyeron del lugar. Además, nunca se supo del paradero de los restos de Aureliano. Se dice que sus restos simplemente fueron arrojados a un terreno cercano, mientras que también, se ha pensado que los sobrevivientes huyeron con su cadáver.
Consecuencias de la muerte de Aureliano[]
La muerte poco honorable de Aureliano y las circunstancias que la rodearon generaron sentimientos de desconfianza y duda entorno a la figura del Emperador, el Imperio está en un profundo periodo de inestabilidad, empezaron las primeras rebeliones que se mostraron en contra el sucesor legal de Aureliano: Marco Claudio Tácito. Por si fuera poco, alamanes y bávaros consiguieron saquear la provincia de Recia lo cual provocó una reducción aún más pronunciada del número de fuerzas romanas.
Ante tal panorama, Marco Claudio Tácito no tuvo otra opción que declarar la paz y se redactaron tratados de no agresión con Galia y con Palmira. Esta acción propició una división aún más profunda en la corte y el pueblo romano. Están aquellos que consideran la decisión de Marco como la más sabia y correcta. Por otro lado, están las personas que consideran dicha acción como una muestra de la decadencia y debilidad de Roma.
Territorios de Galia, Palmira y el Imperio Romano, después de los tratados.
El saqueo de Recia generó además de una importante depresión económica de la región, la muerte de una gran cantidad de civiles. Los asentamientos romanos más dañados fueron: Augusta Vindelicorum, Cambodunum y Abodiacum . Sin embargo, milagrosamente las fuerzas romanas detuvieron la incursión de los bávaros y alamanes a las puertas de Mediolanum.
El Emperador Marco Claudio por fin logra apaciguar un poco las rebeliones, pero la tranquilidad en el Imperio no durará mucho tiempo. En 276, Tácito falleció de repente en la lejana Capadocia. Fue sucedido por su hermano Floriano. Sin embargo, este último es asesinado después de sólo 88 días de gobierno, ahora el poder fue asumido por Probo.