Historia Alternativa
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La Guerra de Liberación del Báltico (así llamada por la historiografía socialista) o Guerra imperialista bolchevique (como se la llamó en Gran Bretaña), fue un breve conflicto armado que enfrentó a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas Euroasiáticas contra los tres pequeños países bálticos, Estonia, Letonia y Lituania, en manos de gobiernos reaccionarios.

Guerra 1923 mapa

Situación[]

Desde el siglo XVIII y hasta la caída del Imperio Ruso, los estado bálticos fueron parte de éste.

Aún no finalizada la Primera Guerra Mundial e inmediatamente a continuación, infructuosamente las autoridades revolucionarias soviéticas trataron de reincorporar los tres países, enfrentando a los conservadores, apoyados por Gran Bretaña, mercenarios alemanes y fineses.

La situación inestable en las repúblicas bálticas, donde se sucedían los choques entre facciones, abonó el terreno para la intervención de las fuerzas armadas soviéticas en apoyo a los luchadores socialistas.

En cuanto a las potencias, por el Tratado de Rapallo firmado el año anterior, Alemania no intervendría (además que de su caótica situación económica-social hacía imposible cualquier oposición), Francia estaba ocupada en el Ruhr e Inglaterra tenía sus propios problemas dentro de su imperio colonial. Suecia estaba enfrascada en hacer crecer su economía y no tenía interés en involucrarse en ningún conflicto.

Desarrollo[]

El 3 de Junio de 1923 se inicia la Guerra de Liberación Báltica, cuando las valientes tropas del Ejército Rojo cruzan las fronteras desde el este y el sur, casi sin oposición, mientras la marinería desembarcaba en distintos puntos de la costa.

La escasa resistencia contrarrevolucionaria fue anulada rápidamente.

El mismo 3 la vanguardia roja ocupó Mazsalaca, Madona, Rezekne y Aglona (Letonia); Varska, Piusa, Misso, Vasknarva, Auvere y Narva (Estonia); Vilna, Alytus y Utena (Lituania).

Ese mismo día, el jefe de estado lituano, Aleksandras Stulginskis huyó, y lo mismo hizo el jefe de estado estonio, Konstantin Päts (con parte del Tesoro).

El día 4 cayó el bastión conservador de Riga.

Para el día 6 Tallín y Kaunas habían caído.

El jefe de estado letón, Janis Cakste, fue capturado y confinado.

La disciplina demostrada por las tropas soviéticas sorprendió a propios y ajenos.

Finalización[]

El día 6, termina la Guerra de Liberación Báltica. Letonia, Letonia y Letonia se constituyen en Repúblicas Socialistas Soviéticas y se integran a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas Euroasiáticas.

La orden de respetar las vidas y las propiedades de los ciudadanos bálticos se mantuvo a rajatabla. Solo se depuraron aquellos elementos recalcitrantes y antidemocráticos de la sociedad. Muchos dirigentes oligárquicos fueron detenidos y enviados a campos de reeducación, aunque luego fueron liberados.

Francia, Estados Unidos, el Reino Unido y otros países occidentales consideraron esta anexión como un acto ilegal pero finalmente aceptaron el hecho consumado.

Vea También[]

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