Historia Alternativa
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La Comuna de Chicago fue un breve movimiento insurreccional que gobernó la ciudad de Chicago (EE.UU.) del 17 de marzo al 17 de mayo de 1911, instaurando un proyecto político popular socialista autogestionario.

Antecedentes - Mártires de Chicago[]

La revuelta de Haymarket fue un hecho histórico que tuvo lugar en Haymarket Square, Chicago, el 4 de mayo de 1886. Culminó una serie de protestas que desde el 1 de mayo se habían producido en apoyo a los obreros en huelga, para reivindicar la jornada laboral de ocho horas. Durante una manifestación pacífica, una persona desconocida lanzó una bomba a la policía que intentaba disolver el acto de forma violenta. Esto desembocó en un juicio, años después calificado de ilegítimo y deliberadamente malintencionado, hacia 8 trabajadores anarquistas y anarcocomunistas. Cinco fueron condenados a muerte (uno se suicidó antes de ser ejecutado) y tres fueron recluidos. El movimiento obrero los denominó Mártires de Chicago.

Congreso del la IWW[]

En esta ciudad se había llevado a cabo en 1905 el congreso fundacional del Industrial Workers of the World, una convención de 200 socialistas, anarquistas y sindicalistas revolucionarios de todos los Estados Unidos, principalmente de la Western Federation of Miners

Huelga general[]

 La oligarquía estadounidense englobada en "El Garrote de oro" preparó un atentado fraudulento en el Congreso de los Estados Unidos, a través del cual pueden acusar a los socialistas, imponer el estado de sitio e iniciar una vigorosa represión general, y prácticamente abolir la democracia. Así el 4 de Marzo de 1911, una bomba estalla en el Senado, causando la muerte de varios congresistas del Partido Demócrata, entre ellos James Beauchamp Clark, lider de la bancada opositora.

Los obreros, especialmente ferroviarios, acompañados por algunos estudiantes, se organizan para una vigorosa resistencia, en forma de una huelga sistemática de alcance nacional, que paralice todos los servicios, incluyendo las comunicaciones, y dejar así a los oligarcas en la indefensión. Estos, en respuesta, utilizan escuadrones de Mercenarios apodados "Praetorians" (pretorianos) que aunados a las fuerzas armadas, obren como fuerzas paramilitares, y que se dedican a someter a los campesinos y obreros rebeldes. 

Con la huelga masiva en marcha, se producen disturbios, motines y saqueos en Nueva York, Los Ángeles, Dallas, Filadelfia, Boston, Atlanta y San Francisco, entre otras. Pero la acción principal se desarrolló en Chicago, donde se proclamó la Comuna de Chicago.

"El Garrote de oro" dejó que la sublevación estalle en Chicago con el objetivo de "agrupar" a los rebeldes y tenerlos así concentrados, y además, usar el alzamiento para azuzar el "peligro rojo" entre las clases medias burguesas.

Mientras tanto, el alcalde republicano de Chicago, Fred A. Busse, huyó de la ciudad con algunos empleados leales y protegido por las fuerzas policíacas que aún le seguían. Fue reemplazado por el demócrata Carter Harrison Jr., quién carecía de todo poder efectivo.

En los días siguientes, la mayoría de los habitantes de los barrios residenciales (Albany Park, Belmont, Lakeview, etc), tradicionalmente conservadores, abandonaron la ciudad.

El gobernador de Illinois, Charles S. Deneen, efectuó un angustiante llamamiento a la paz, mientras movilizaba a la Guardia Nacional estatal. La Ley de Milicia de 1903 organizó las diversas milicias estatales en el actual sistema de la Guardia Nacional, no sin crear fricciones entre sus miembros. Efectivamente, las tropas en Chicago se unen a los revolucionarios, como el 1st Illinois Volunteer Cavalry y el 123rd Infantry Regiment.

La Comuna[]

El vacío de poder en Chicago provocó que las milicias obreras se hicieran de forma efectiva con el poder a fin de asegurar la continuidad del funcionamiento de la administración de la ciudad. Se beneficiaron del apoyo y de la participación activa de la población obrera descontenta, de los sentimientos libertarios de los afroamericanos y del radicalismo político muy extendido entre los inmigrantes europeos.

Al intentar las fuerzas federales arrebatarles el control de las armas que habían conseguido, la Comuna se negó a aceptar la autoridad del gobierno estadounidense. Acto seguido, se convocaron elecciones para el consejo municipal que fue copado por radicales, anarquistas y socialistas.

Asumió como Secretario General William Dudley Haywood, líder sindical y figura central del movimiento obrero estadounidense, notable por haber sido dirigente de la Western Federation of Miners, así como miembro fundador y dirigente del sindicato Industrial Workers of the World (IWW) y miembro del Comité Ejecutivo del Partido Socialista de América (SPA). Otros dirigentes eran Eugene Victor Debs (candidato a presidente por el Partido Socialista en 1908), el reverendo Thomas J. Hagerty, uno de los miembros fundadores de la Industrial Workers of the World (IWW) y Daniel de León, quién combinó las teorías en auge del sindicalismo revolucionario con marxismo ortodoxo.

Gobierno[]

La Comuna gobernó durante 60 días promulgando una serie de decretos revolucionarios, como la autogestión de las fábricas abandonadas por sus dueños, la creación de guarderías para los hijos de las obreras, la laicidad del Estado, la obligación de las iglesias de acoger las asambleas de vecinos y de sumarse a las labores sociales, la remisión de los alquileres impagados y la abolición de los intereses de las deudas. Muchas de estas medidas respondían a la necesidad de paliar la pobreza generalizada en la cual vivía la clase obrera industrial, los ferroviarios, los agricultores y los pequeños comerciantes.

Bandera chicago

Se enarboló una nueva bandera.

A pesar de las diferencias internas, el Consejo tuvo un buen comienzo al mantener los servicios públicos esenciales para una ciudad de 2.185.283 habitantes; también fue capaz de alcanzar un consenso sobre ciertas políticas que tendían hacia una democracia social progresista más que a una revolución social. Debido a la falta de tiempo (la Comuna pudo reunirse menos de 60 días en total) sólo unos pocos decretos fueron implementados, entre ellos, el derecho de los empleados a tomar el control de una empresa si fuese abandonada por su dueño y la exclusión de la religión de las escuelas. Se les permitió a las iglesias seguir con su actividad religiosa sólo si mantenían sus puertas abiertas al público por la tarde para que se realizasen reuniones políticas.

Asedio y fin[]

Sometida casi de inmediato al asedio del gobierno de Taft, la Comuna fue reprimida con extrema dureza. La ciudad fue bombardeada de manera constante por la artillería.

La defensa y la supervivencia se transformaron en las principales consideraciones. Las mujeres de la clase trabajadora formaban parte de la milicia popular e incluso formaron su propio batallón.

Las esperanzas de obtener ayuda concreta de otras ciudades de EE.UU. fueron pronto abandonadas.

Durante el asalto, las tropas del gobierno fueron responsables de la matanza de miles de ciudadanos desarmados: se disparó a los prisioneros y convirtieron las ejecuciones múltiples en algo común.

Tras un mes de combates, la reconquista del casco urbano provocó una fiera lucha calle por calle, que causó al menos la muerte de 13.000 (algunas fuentes elevan la cifra a 25.000) hombres, mujeres y niños.

Las represalias se llevaron a cabo contra prácticamente toda la población. Se declaró un crimen haber apoyado a la Comuna en cualquier modo, de lo que se podía acusar —y se acusó— a miles de personas. Más de 20.000 personas fueron fusiladas masivamente. El gobierno arrestó a aproximadamente 40.000 personas y las persecuciones siguieron hasta 1916. Más tarde muchos fueron juzgados y condenados a muerte, aunque otros muchos fueron ejecutados sumariamente; otros fueron condenados a trabajos forzados o encarcelados en fortalezas penitenciarias. Los pocos afortunado que lograron escapar hacia el Canadá, fueron perseguidos por Pretorianos, quienes no dudaron en cazarlos más allá de la frontera.

Chicago estuvo bajo la ley marcial durante cinco años.

«... El derramamiento de sangre ha sido total, y un derramamiento de sangre como este, al asesinar la parte rebelde de la población, solo pospone la siguiente revolución... ».

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