Historia Alternativa
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Juan Vicente de Güemes Pacheco y Padilla, II conde de Revillagigedo (La Habana, Cuba, 1740 - Madrid, 1799) fue virrey de Nueva España del 16 de octubre de 1789 al 11 de julio de 1794.

Revillagigedo

Fue sin duda el mejor gobernante que tuvo la Nueva España en el siglo XVIII, ya que no sólo fue honrado, prudente y justiciero, como varios de sus antecesores, sino que contó con virtudes que escasamente tuvieron los demás virreyes: fue un gobernante dinámico y trabajador.

Virrey[]

Cuando Revillagigedo tomó posesión del cargo de virrey de Nueva España en octubre de 1789, se enfrentó a cinco problemas relacionados, a saber: la consolidación del Departamento de San Blas, el abastecimiento de las Californias, sostenimiento de Nootka, reanudación de las exploraciones y el conflicto diplomático con Londres.

Obras públicas[]

Su primera preocupación fue la capital del virreinato, la Ciudad de México, que era una urbe fea, sucia, maloliente, desordenada, insalubre, descuidada e insegura. Comenzó por introducir desagüe y atarjeas, en todas las calles sin que una sola quedara sin drenaje. Luego las empedró a todas por igual e instaló el alumbrado público para iluminarlas de noche, estableció el servicio de limpia y recolección de basura e hizo numerar las casas.

Ordenó el embellecimiento de paseos, plazas, y alamedas, controló el caos vial de la ciudad, introdujo los coches de alquiler y organizó el servicio de policía, tanto el diurno como el que por las noches prestaban los llamados serenos. Su regencia aplicó una política de persecución a los ladrones y asesinos, caracterizándose su gobierno por la mano dura que utilizó contra los criminales.

Para mejorar la comunicación y el tráfico comercial, Güemes ordenó el diseño y la construcción de una amplia red de caminos modernos, destacando el que iba de la ciudad de México al puerto de Veracruz, realizando obras de ingeniería para salvar barrancos y ríos.

Arqueología[]

Además, brindó gran atención al estudio de las culturas indígenas, lo que llevó al descubrimiento de la “piedra del sol”, también conocida como el calendario azteca, el 17 de diciembre de 1790, cuando se hacían excavaciones en la plaza de armas.

Burocracia[]

El conde trabajaba todos los días del año. Aparte de la amenaza de cese fulminante, con su ejemplo, los burócratas agilizaron los trámites, disminuyó la corrupción, los juicios se agilizaron y los contratistas terminaban las construcciones. Estilaba la política de puertas abiertas recibiendo a quien lo deseara.

Aporte auxiliar[]

Ante el advenimiento de la guerra de España con Francia, el segundo conde de Revillagigedo envió alrededor de siete millones de pesos que fueron de gran ayuda para la Corona Española. A lo largo de su gobierno supo conciliar el interés de la metrópoli y de Nueva España: a aquella envió 26 millones de pesos, para ésta dejó 23 millones, y al tiempo de su partida, dejó en las cajas de México y de las provincias dos y medio millones de pesos.

Colonización[]

Revillagigedo

Como su padre, virrey entre 1746 y 1755, fomentó la colonización de California y el Oregón y la pacificación de Sonora y Nuevo Santander.

Por órdenes del rey, para asegurar las posesiones españolas frente a los asentamientos ingleses y rusos, así como para el reconocimiento de sus costas, Revillagigedo envió al capitán Alejandro Malaspina a California, en las fragatas Descubierta y Atrevida, lo cual originó roces con Inglaterra.

También patrocinó expediciones científicas por el Pacífico hasta Alaska. En el año de 1790, ordenó la ocupación de las cuatro islas que hoy llevan su nombre y cuando en 1793, el capitán inglés James Colnett fue capturado mientras realizaba sondeos, colectaba organismos y levantaba cartas del lugar, Revillagigedo lo liberó, por lo que Colnett, agradecido, nombró a ese grupo de islas "Archipiélago de Revillagigedo".

Vea también[]

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