Historia Alternativa
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España, oficialmente República de España, anteriormente denominado Reino de España, es un país europeo, con costas sobre el Atlántico y el Mediterráneo. Su territorio, con capital en Madrid, ocupa la mayor parte de la Península Ibérica, al que se añaden los archipiélagos de las Islas Baleares (en el mar Mediterráneo occidental) y de las Islas Canarias (en el océano Atlántico nororiental) y posesiones africanas.

República de España
Bandera de España
Bandera de España
Capital: Madrid
Idioma: Español
Tipo de gobierno: República socialista
Presidente de la República: Gaspar Llamazares
Presidente del Gobierno: José Luis Centella
Moneda: Peseta
Gentilicio: Español
Dominio de internet: .es
Huso Horario: UTC


Huelga[]

En 1919, los jefes de una central hidroeléctrica de Cornellá de Llobregat,una ciudad en las cercanias de Barcelona redujeron los sueldos desatando una gigantesca y exitosa huelga general de 44 días en la cual participaron más de 100.000 personas y que fue conocida como huelga de la Canadiense. Los patrones inmediatamente intentaron responder militarmente, pero la huelga se había esparcido demasiado rápido. Los empleados de otra planta protagonizaron una manifestación en apoyo a sus compañeros trabajadores. Casi una semana después, todos los empleados textiles salieron a las calles. Pronto, casi todos los trabajadores eléctricos se sumaron a la huelga.
Barcelona fue puesta bajo ley marcial, aunque la huelga continuaba. El sindicato de imprentas de periódicos advirtió a los dueños de los diarios en Barcelona que ellos no imprimirían ningún tipo de critica hacia la huelga. El gobierno en Madrid intentó destruir la huelga al llamar a todos los trabajadores al servicio militar, pero esta llamada no fue atendida, puesto que ni siquiera alcanzó a ser impresa en papel. Cuando la llamada llegó a Barcelona, la respuesta fue aún otra huelga de parte de todos los trabajadores del ferrocarril y de los troles.
El gobierno intentó aplacar a los trabajadores, quienes estaban claramente al borde de la insurrección armada. Los reclamos laborales, sumados a las apetencias independentias, formaron un peligroso caldo de cultivo.
Decenas de miles de cesantes fueron obligados a regresar a sus trabajos. La jornada laboral de 8 horas fue declarada para todos los trabajadores. Así, España llegó a ser el primer país en el mundo en aprobar una ley laboral de 8 horas diarias, resultado de la huelga general de 1919.

Internacional Comunista[]

Tras el Congreso Extraordinario del PSOE de 1919, por el cual aplazaban el ingreso del Partido en el Komintern, la Federación de Juventudes Socialistas decidía, en su V Congreso, escindirse del PSOE para adherirse a la Internacional Comunista y crear su sección española, transformando la Federación de Juventudes Socialistas en el nuevo Partido Comunista Español. Entre los fundadores de la formación comunista destacan Ángel Sopeña Ibañez y Dolores Ibárruri (Pasionaria), que se unió a la escisión junto con la Agrupación Socialista de Somorrostro (Vizcaya).

Como partido adherido a la Internacional Comunista, el Partido Comunista Español participó en el II Congreso de la organización mundial, donde obtuvo un puesto en el Comité Ejecutivo del Komintern. En marzo de 1921 se celebró el I Congreso del Partido, que eligió a un Comité Central formado, entre otros, por Merino Gracia, Vicente Arroyo o Rafael Millá.

Tras la escisión del Partido Comunista Obrero Español del PSOE en abril de 1921 y su adhesión a la Tercera Internacional, los dos partidos comunistas (PCOE y Partido Comunista Español) iniciaron un proceso de integración a instancias de la Internacional Comunista que culminó en la llamada Conferencia de Fusión (7-14 de noviembre de 1921) y en la creación del Partido Comunista de España, como único referente de la III Internacional en España.

Golpe de Estado[]

El 13 de septiembre de 1923 el Capitán General de Cataluña, Miguel Primo de Rivera se subleva contra el Gobierno y da un golpe de Estado con el apoyo de la mayoría de las unidades militares (en connivencia con el rey Alfonso XIII ). La reunión prevista de las Cortes Generales para fechas inmediatamente posteriores con el objetivo de analizar el problema de Marruecos y el papel del ejército en la contienda fue el detonante último de la sublevación. A esta situación se une una grave crisis del sistema monárquico que no acaba de encajar en un siglo XX marcado por la revolución industrial acelerada, un papel no reconocido a la burguesía, tensiones nacionalistas y unos partidos políticos tradicionales incapaces de afrontar un régimen democrático pleno. Inmediatamente se decreta la suspensión de las garantías constitucionales y la atribución a la jurisdicción militar de los "delitos políticos" (incluidos el de ostentar banderas no nacionales o utilizar en actos oficiales lenguas no castellanas). La Confederación Nacional del Trabajo (CNT) es víctima de una cruel represión, por lo que la organización anarquista pasó a la clandestinidad.

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Las primeras medidas que tomó el Directorio militar estuvieron encaminadas a controlar a los Sindicatos Únicos de la CNT, dominantes en Cataluña, al exigir que presentaran sus estatutos, registros y libros de contabilidad, lo que también sirvió de coartada para cerrar sedes societarias y encarcelar y desterrar sin juicio a sus representantes, valiéndose de los poderes de excepción del estado de guerra. Ante esta presión muchas organizaciones obreras, como la Federación local barcelonesa de la CNT, optaron por pasar a la clandestinidad. En Sevilla fueron detenidos y desterrados Pedro Vallina y otros miembros del Comité Nacional de la CNT, que se había trasladado a esa ciudad andaluza en agosto de 1923. Una de las consecuencias de la "virtual clandestinidad en que estaba sumida la dirección cenetista" fue la radicalización de la misma como lo confirmaron los Plenos regionales de Mataró del 8 de diciembre de 1923, de Granollers del 30 de diciembre y de Sabadell del 4 de mayo de 1924.

La Dictadura llevó a cabo una reestructuración y ampliación del servicio de Policía, cuyo presupuesto aumentó considerablemente y cuidó especialmente la acción policial en el extranjero, que era coordinada por el embajador en París, ya que en Francia vivían la mayoría de los exiliados y refugiados españoles.

Fin de la dictadura[]

En 1930, abrumado por las dificultades que se acumulaban, el dictador perdió definitivamente la confianza en sí mismo y, en consecuencia, formó una serie de planes de transición confusos y a menudo contradictorios.

22 de enero, comenzó una nueva huelga en todas las universidades, que ya tuvo un carácter marcadamente republicano y que fue apoyada por los sindicatos.

La caída de la Dictadura de Primo de Rivera tuvo lugar el 28 de enero de 1930 cuando el general Miguel Primo de Rivera presentó su dimisión al rey de España Alfonso XIII y éste la aceptó, dando paso a la "Dictablanda" del general Berenguer. El fin de la dictadura es la culminación de un proceso que comenzó varios meses antes.

Alfonso XIII nombró el 28 de enero de 1930 al general Dámaso Berenguer, jefe de su Cuarto Militar, presidente del gobierno, con el propósito de retornar a la "normalidad constitucional". Pero esto ya no era posible si se pretendía enfocar el proceso de transición hacia un régimen liberal, simplemente mediante el restablecimiento de la situación previa al golpe de Estado de 1923, es decir, sin tener en cuenta la vinculación que había existido entre la Corona y la Dictadura de Primo de Rivera.

Hacia la república[]

El líder socialista Indalecio Prieto en una conferencia pronunciada en el Ateneo de Madrid el 25 de abril de 1930 afirmó que para él "era una hora de definiciones... Hay que estar con el rey o contra el rey".

Tras la crisis económica de 1927 acentuada en 1929, la violenta represión de obreros e intelectuales y la falta de sintonía entre la burguesía y la dictadura, la monarquía, cómplice, será el objeto en cuestión a partir de la unión de toda la oposición en agosto de 1930 en el llamado Pacto de San Sebastián. Fue la reunión promovida por la Alianza Republicana que tuvo lugar en San Sebastián el 17 de agosto de 1930 a la que asistieron representantes de todos los partidos republicanos. Allí se acordó la estrategia para poner fin a la monarquía de Alfonso XIII y proclamar la Segunda República Española. En octubre de 1930 se sumaron al Pacto, en Madrid, las dos organizaciones socialistas, el PSOE y la UGT.

Se promueve una huelga general que fuera acompañada de una insurrección militar que metiera a "la Monarquía en los archivos de la Historia y estableciera la República sobre la base de la soberanía nacional representada en una Asamblea Constituyente".

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